En este artículo comparto los aprendizajes de una década vital y profesional, y cómo han transformado mi marca personal. Si estás construyendo la tuya, te va a inspirar.
Aprendizajes de vida y marca personal tras 10 años de cambios
Hoy cumplo 40. Cuarenta años de vida, de subidas y bajadas, de certezas y muchas dudas, de inicios, pausas y reinvenciones. La friolera de cuatro décadas —aunque yo, entre tú y yo, sigo creyendo que los 40 son los nuevos 30. Lo cierto es que, más allá de la cifra, me encuentro en un momento en el que me apetece mirar atrás con calma, y hacia adelante con intención.
Hace un tiempo decidí que quiero pensar mi vida (también la profesional) a diez años vista. Y nada como un cambio de década para pararse, revisar y volver a decidir. Así que aquí estoy: con ganas de soltar lo que ya no me representa, quedarme con lo aprendido y trazar un nuevo mapa para esta etapa que empieza. Un mapa más honesto, más sostenible, más mío.
Marca personal con propósito: lo que aprendí en una década
Si pienso en mis 20, me vienen palabras como viajes, descubrimientos, novedades, mi doctorado, la despreocupación. Los 30, en cambio, suenan a estabilidad, valor, amor infinito, agotamiento, estrés, nuevas experiencias… y la aventura de crear mi propio negocio.

Esta década me ha regalado los momentos más intensos a nivel personal. He vivido la enfermedad de mi hermano (hoy sano), la pérdida de seres queridos, y, al otro lado de la balanza, el amor pleno: me he casado y he dado a luz a mi pequeña leona.
Profesionalmente, ha sido un viaje de fondo. Empecé en la investigación y la docencia universitaria, pasé por el comercio y fui ascendiendo internamente, hasta acabar emprendiendo y creando mi propio negocio… ¡en el extranjero! (Si me lo hubieran dicho hace años, habría respondido: “Claro que sí, guapi”).
También he vivido los dos extremos del espectro profesional: desde la ilusión y el orgullo al asumir nuevos retos y puestos de responsabilidad, hasta el agotamiento, la desilusión y el desgaste emocional de estar en un lugar que ya no me representaba.
Emprender con tu marca personal
Pese a todo, si algo me llevo con cariño y orgullo es lo que he conseguido con mi negocio: ayudar a otras mujeres a lanzar sus emprendimientos, a pulir sus marcas personales, definir su propuesta, ordenar sus servicios, construir su comunicación… Y también poder decir que, al segundo año, vivía de ello. Cubriendo mis gastos, ahorrando e invirtiendo un poquito. No es poca cosa.
Y con todo este bagaje, quiero compartirte los seis aprendizajes que me llevo de esta década. Los que me acompañarán en la siguiente. Y que, si tú estás emprendiendo o estás en búsqueda de rumbo, quizás te sirvan también.
1. No idealices: Ni personas, ni puestos, ni empresas.
No puedes idealizar algo que no conoces, ni a una persona ni a un empleo. Esta frase se ha convertido en uno de mis mantras.
Muchas veces idealizamos una posición, un título… y trabajamos duramente para conseguirlo. Una vez, allí la realidad es muy distinta a la que imaginabas y te das cuantas de que todo el esfuerzo invertido para llegar hasta allí. Bien podrías haberlo invertido en otra cosa.
Lo mismo con las personas: idealizas a un profesional que ves en redes sociales, valoras trabajar con ella. Luego, por casualidades de la vida, asistes a una charla de ella, y se te cae al suelo el mito.
Conclusión: si quieres idealizar a alguien, que sea a ti misma, y en vez de idealizar un empleo, idealiza habilidades que te gustaría desarrollar para ti, por ti y que sumen al mundo laboral, en diversas posiciones.

2. Sal (literalmente)
Al principio de emprender, valoraba mucho poder trabajar desde casa. Pero con el tiempo, me acomodé. Y dejé de salir. Todo online. Poca interacción. Y con eso llegó la soledad.
Nunca me he sentido tan sola como emprendiendo. Nunca. Y no te lo recomiendo. Así que sal. Si no quieres asistir a eventos presenciales, apúntate a clases de lo que sea y relaciónate, toca, respira, ríete, interactúa con personas.
3. Eres valiente (aunque a veces lo olvides)
La mayoría de nuestros miedos están en tu cabeza. La realidad es que cuando te surge la oportunidad de comenzar un nuevo proyecto, colaboración, empleo, entrevista y te entran cientos de miedos, dudas y pensamientos tipo” para qué me meto yo en esto con lo tranquila que estaba”.
La realidad es que una vez lo haces, piensas “pues tampoco fue para tanto”. Es más, lo disfrutas la mayoría de las veces o, como mínimo, te llevas aprendizajes.
4. Hay fases
No siempre vas a estar feliz con tu trabajo, y eso no significa que tengas que cerrar, cambiar o tirar todo por la borda. La vida profesional tiene ciclos. Subidas y bajadas. Lo importante es distinguir una mala racha de una mala dirección.
En mi caso, el malestar de la soledad me llevó a abrir una nueva puerta: compaginar mi negocio con un trabajo por cuenta ajena. Y por ahora, esa combinación me encaja.

5. No hay un solo camino
Diferentes caminos te pueden llevar al mismo punto.
A veces creemos que para lograr x necesitamos ir por y. No siempre es así. Cuando aceptamos trabajos, colaboraciones que no tenemos muy claras, siempre ganamos algo: El saber lo que sí y lo que no queremos a nivel profesional.
Poco a poco estas experiencias y caminos te van acercando a tu verdadera esencia y arrojando luz a esas habilidades que en todos los proyectos emergen de ti. Por otra parte te muestran lo que no quieres ni te gusta. Te aportan claridad y puntos en común que te van a acabar llevando, si las identificas y le echas valor, a trabajar en lo que fluyes.
6. Determinación
Mi palabra de la década. Es clave. Las veces en las que he tenido muy claro lo que quería, he ido a por ello. Me lo he currado y lo he conseguido. No por arte de magia, sino actuando con determinación y valor.
Una nueva década, una nueva mirada
Comencé los 39 siendo madre. Se me puso el mundo patas arriba. Cambió mi realidad, cambió mi visión de la vida, cambió mi visión profesional.
Entro en los 40 en plena transformación. Con la única claridad de que quiero quitar todo lo que sobra (a nivel personal y profesional). Y esta despedida y limpieza lleva tiempo.
No sé qué me deparará esta década, solo sé que estoy preparada para abrazarla y vivirla intensamente como todas las anteriores.
Te animo a que hagas este ejercicio ¿qué te llevas de esta última década?
Como siempre, te leo con el corazón contento.

Carla de Pont, Marca Personal y Employer Branding para profesionales y organizaciones.
Fotografías 2 y 3 de un evento. Derechos de la fotógrafa